Elena Etxegoyen

Noticia del Martes, 22 Junio, 2010

En los últimos años son dos los alardes que, el día de San Marcial, desfilan por las calles de Irun aunque, ajustándonos a la verdad, debiera decir un Alarde -el Tradicional- y otra cosa. Sin descalificar a nadie, que son los organizadores del mixto quienes han elegido, libremente, ser una manifestación reivindicativa en lugar de organizar con mujeres-soldado en sus filas, si es lo que quieren, un alarde en toda regla o casi. Porque para ello, hay que estar a lo que la Ley Vasca 4/95 de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas exige -que no es poco- y no parecen estar por la labor. Pero ésa es otra historia.
Que el Ayuntamiento de Irun no tiene obligación legal de promover Alarde alguno es algo ya indiscutible y está más que probado también que quien así lo solicite y bajo autorización municipal puede organizarlo conforme a sus particulares convicciones. Es por eso que, a partir de la Sentencia del Tribunal Supremo de mayo de 2008 -que adquiere firmeza y cierra definitivamente toda discusión jurídica al respecto hace ahora más o menos un año- recurrir a la Ley Orgánica 9/1983, reguladora del Derecho de Reunión y Manifestación, como coartada para salir a desfilar el 30 de junio me parece una complicación innecesaria. Una complicación para todos salvo para quienes solicitan de Interior la correspondiente autorización la cual, desde una interpretación estrictamente jurídica, no alcanzo a comprender por qué se les concede. Dicho lo cual, estoy en mi derecho a pensar que, si habláramos de otra cosa y no de los San Marciales de Irun, una petición de este tipo sólo obtendría de Interior el no como respuesta. Ya que, como he dicho, los tribunales han resuelto definitivamente que cualquiera que lo desee, siempre que lo haga conforme a la legalidad y bajo autorización municipal, puede celebrar el “Alarde de San Marcial” a su manera.
No obstante un año más tendremos un Alarde y una manifestación. Y ayer mismo se hicieron públicos los horarios y los recorridos acordados por Interior, una decisión que, nos agrade o no, sólo queda respetar. Y así lo hacemos quienes nos identificamos con el Alarde Tradicional pero ¿y los demás?
Llevamos años con incidentes en el transcurso del Alarde de la tarde a su paso por la Calle Mayor hacia el Rompan Filas y que son la consecuencia directa del incumplimiento por parte de la manifestación del recorrido y el horario impuestos por la Consejería, un incumplimiento a todas luces deliberado y consentido. ¿Qué otra cosa cabe pensar cuando se repite la misma historia año tras año y a la vista de todos y todas, autoridades de Interior incluidas? ¿Qué otra cosa puedo pensar si veo con mis ojos cómo, cada año, el desfile mixto realiza una parada no “prevista” en la Plaza del Ensanche que ralentiza su paso por la Calle Mayor al menos una hora de reloj? ¿Qué pensar si nunca terminan su desfile a la hora estipulada haciendo que el Alarde y los miles de irundarrak que se echan a la calle para participar en él desde las aceras, tengan que soportar una tensión innecesaria y aguantar carros y carretas?
Que quien cumple con las normas salga malparado y beneficiado el que se aprovecha de ellas me resulta de todo punto incomprensible. Algo que se ha convertido, incomprensiblemente también, en una constante a la que, quien puede y debe, no pone coto. Y es en este contexto en el que me pregunto y os pregunto: ¿es mucho pedir que todos, que todas, que cada cual en aquello que le competa, nos esforcemos por respetar y hacer respetar las reglas de juego? ¿Es mucho pedir de Interior que cumpla y haga cumplir sus propias resoluciones en lo que a horarios y recorridos de unos y otros se refiere? Sinceramente, creo que no. A lo dicho, pues. Y a quien corresponda.